Cada vez más familias tienen la oportunidad de acceder a una vivienda a través de los llamados sociales y comerciales.
Siempre hay motivos para sonreír a pesar de las adversidades, y vaya si estas familias sonrieron al recibir las llaves de su nueva casa tras participar en los diferentes llamados realizados por la Agencia Nacional de Vivienda.
Uno de los llamados comerciales para el edificio Baalbek hizo felices a Laura y Javier. “Esto es un sueño (…) a mí me parecía algo mucho más lejano y al principio no estaba muy convencida”, cuenta Laura. Pero la insistencia de su pareja los llevó a participar por primera vez de un llamado. “Javier fue el que metió garra acá, el que miraba todos los llamados posibles, todas las formas de anotarnos. Vinimos a muchos remates antes y no tuvimos la chance”. La pareja, que se mudará al barrio Aguada junto a sus hijas de siete meses y de cuatro años, ya conoció a varios de sus vecinos, “ya nos sentimos parte”.
Una de esas familias vecinas es la de Fabiana y Ángel, una pareja venezolana que vive en nuestro país hace más de cuatro años. “Habíamos pasado mucho tiempo en acumular todos los requisitos, la antigüedad laboral, el ahorro inicial. Unos amigos del mismo edificio salieron beneficiados y ahí nos inscribimos”, cuenta la pareja tras resultar sorteada en el sexto lugar para seis viviendas disponibles de 2 dormitorios. “Realmente al ser extranjeros e inmigrantes nunca nos imaginamos que en tan poco tiempo Uruguay iba a poder darnos la oportunidad de consolidarnos en un lugar físico como familia. Ha sido una oportunidad impensable desde el principio, pero que fuimos construyendo de a poco y ahora se hizo realidad”.
Alice y su hija también vivirán en el edificio Baalbek tras resultar sorteada en el primer llamado al que se inscribió, gracias a su madre. “Era el sueño tener casa propia y bueno: ¡sueño cumplido!”. También era el primer llamado para Leticia y Ramón, que buscaban el apartamento con la cocina más grande “y se nos dio”. Después de buscar la casa propia durante un tiempo, la pareja se mudará a su vivienda de 2 dormitorios en Baalbek.
Oriunda de Durazno, Valeria se anotó por primera vez a un llamado “y enseguida salí sorteada”. Tras 20 años de pagar alquiler, la feliz adjudicataria se mudará a su propia casa en Euskalerría. “Estar pagando algo para mi es diferente, es una inversión”.
Para Oscar, la casa propia demoró un poco más. “Salimos sorteados en el quinto llamado que nos anotábamos, ya estábamos medio que tirando la toalla”, recuerda. Podría decirse que la llegada de sus hijos mellizos en el medio del proceso le devolvió la suerte a su familia. “Cuando me llamaron no entendía nada, porque en el sorteo quedamos en el límite. Vinieron con el pan abajo del brazo, como dicen. (…) Los niños van a crecer en algo que vamos a ir pagando y en un futuro va a ser de ellos”, expresa nervioso y ansioso por recibir las llaves de su vivienda.
En el mismo barrio vivirá Irene. La feliz adjudicataria que hasta ahora vivía en una pensión, recibió las llaves de su vivienda de 1 dormitorio en Malvín Norte. “Hace pila que esperaba la casa, no entraba en los concursos o no salía sorteada. ¡Estoy re contenta!”. Cerca de allí, el barrio Villa Española recibirá a su nueva vecina, Laura, quien se mudará a su vivienda de 2 dormitorios.
“Una aventura, un desafío”. Así describe Mauricio el hecho de acceder a su vivienda. Tras resultar sorteado en el primer llamado al que se inscribía, Mauricio recibió las llaves de su hogar de 1 dormitorio en Nuevo París. “Es toda una experiencia que está por comenzar. Tener una casa en medio de un apocalipsis no está nada mal”. Muy cerca vivirá Alexandra, quien recibió su nueva vivienda de 1 dormitorio en el barrio Tres Ombúes.
Del otro lado del arroyo Las Piedras, el departamento canario recibirá a María Soledad en la ciudad de La Paz. “Es la primera vez que me anotaba a un llamado, la verdad que no esperaba todo tan rápido, todavía no caigo mucho”, cuenta sorprendida la adjudicataria que decidió dejar de alquilar cuando se enteró del llamado a través de nuestro Facebook. María y Alan también vivirán en La Paz y se mudarán a su nueva vivienda de 1 dormitorio.
Valentina empezó a trabajar a los 17 años y desde ese momento comenzó a ahorrar hasta que pudo inscribirse a su primer llamado. Recuerda que en aquella oportunidad resultó sorteada para Mercedes, su ciudad natal, pero no pudo concretar sus planes de conseguir trabajo y mudarse allí, así que desistió. Sin darse por vencida volvió a postular en el siguiente llamado; “me anoté para Montevideo y en el interior traté de elegir más cerca, elegí La Paz. Resulta que quedé. No podía creerlo porque fue como una segunda oportunidad. Lo que le digo a la gente es que no se venza, que la siga remando, que por más monedita que junte, que siga que va a salir".
María Noelia no se decidía a inscribirse en ningún llamado hasta que lo hizo y salió sorteada en la primera oportunidad. “Yo vivo sola con mi hijo y era la posibilidad de tener nuestra casa. Es una emoción tremenda”, cuenta la feliz adjudicataria de una vivienda de 2 dormitorios en la localidad paceña.
Sergio y Eliana completan el grupo de nuevos vecinos del conjunto AC 7 de La Paz. La pareja se enteró del llamado gracias a la mamá de Eliana. “Nos inscribimos y tuvimos suerte. Era el primer llamado al que nos anotamos, creímos que con los ahorros que teníamos era muy poco”, cuenta la feliz pareja. Tras finalizar el mes de alquiler, se mudarán a su nuevo hogar de 1 dormitorio.
El programa de comercialización de inmuebles que lleva adelante la ANV busca generar nuevas soluciones habitacionales a partir de viviendas sin terminar y vacías. La recuperación de estos inmuebles y la refacción de las viviendas es un camino para ofrecer nuevas soluciones a la población y contribuir con el mejoramiento del entorno urbano.
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