A pesar de ser un momento donde solo se habla de la facilidad de contagio del Covid-19 y los intentos por detenerlo, tras años de trabajo y unión, alrededor de 100 familias lograron contagiarse de emoción y felicidad al estampar su firma en lo que será su pasaporte a construir sus hogares. 

Es un camino largo, "anduvimos bastante atrás de esto" cuenta Gastón, presidente de la cooperativa Covilezica I, quien afirma que se termina una etapa y comienza una nueva donde "arranca el sacrificio" y 42 familias del barrio Lezica, en Montevideo, podrán cumplir aquel sueño que comenzó a mediados del año 2014.

También fue el turno de Sayago, donde contentos y orgullosos del logro obtenido "después de tanto tiempo, tanta lucha, tanto trabajo" 10 familias vivieron ese momento cumbre que colmó todas sus expectativas. "Poder lograr nuestra casa y  construir nuestra cooperativa a través de la unión y del trabajo de muchos compañeros" es parte de los avances alcanzados tras muchos años de trayectoria, expresa Álvaro de la cooperativa Covibomfil. Cuenta que por momentos el camino se hace largo y parece inalcanzable, pero siempre con un objetivo intacto: "la esperanza de llegar a tener nuestra propia casa".

El movimiento cooperativo también se hizo sentir en el interior del país, donde familias de Covipolca de la ciudad de Canelones, emocionadas, cuentan lo importante que fue obtener el préstamo después de nueve años de gestación de su proyecto. "Es el paso más largo, una felicidad". Por su parte, en Maldonado, Covisueño 2013 obtuvo su préstamo que le permitirá colocar los primeros cimientos de un sueño a construir sobre Altos de Laguna. La alegría llegó también al departamento de Soriano, donde Covisanca obtuvo su préstamo para comenzar a concretar el sueño de 18 familias.