El Plan prevé sostener diversidad de programas y atender a la población sin capacidad de ahorro (en su mayoría jóvenes o personas mayores de 55 años) y a las familias más vulnerables, garantizando el acceso a soluciones adecuadas para los sectores de población de extrema pobreza.

También surge la necesidad de fortalecer la política de tierras y los mecanismos de acceso al suelo para el desarrollo de distintos programas habitacionales con heterogeneidad social y fortalecer el cooperativismo, las modalidades de autoconstrucción y todos los programas que apoyan y amplifican la capacidad de organización de la población.